“Doble equis” y dos gatos congelados… al premio espurio y a la cruel agresión… tinta añeja
El otorgamiento del Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez 2019 a Diego Delfino y a Doble Check, de la Oficina de Divulgación (ODI) de la Universidad de Costa Rica revela, si se mira con profundidad, un círculo vicioso que corroe desde hace varios años al periodismo costarricense.
En esta oportunidad, lejos de atender a lo que establece la Ley 9211 del 4 de marzo de 2014, respecto al mérito que se ha de tener para obtener el Pío Víquez, los jurados pasaron de largo, hicieron la sombra y mediante una verónica poco elegante pero fructífera para sus espurios intereses, lograron premiar a Diego Ignacio Delfino Machín, un oscuro periodista del que no estudiaron sus antecedentes y a un grupo de inexpertos periodistas que hacen Doble Check, sin ningún impacto, sin ninguna trascendencia y sin ningún valor para el periodismo nacional.
El artículo de la Ley 9211, precisa respecto al Pío Víquez: “Constituirá un reconocimiento económico, sin discriminación de formatos, géneros ni estilos, con pública notoriedad en el área de periodismo durante el año inmediato anterior, en razón de que, además de su trayectoria y alto grado de excelencia, evidenció un decidido nivel de aporte al fortalecimiento del entorno periodístico de nuestro país”.
Si se atiende a la redacción del citado texto se notará que el jurado, lejos de apegarse al postulado, lo obvia, porque es notorio que Diego Ignacio Delfino Machín no realizó ninguna labor trascedente durante el período 2018-2019 y si se apela a la trascendencia la situación empeora, porque luego de pasar por La Nación, tuvo que ir a inventarse cómo sobrevivir con una página que no ha tenido ninguna trascendencia, y si ha sobrevivido es gracias a los amigos y mecenas del Partido Acción Ciudadana (PAC) que desde el gobierno central la sostienen con diversas formas de publicidad solapadas.
Para complicar aún más la situación, la página de Diego Ignacio Delfino Machín (delfinocr) es de pago para quienes tengan la osadía de visitarla, entonces, si ya es pobre en contenido, el hecho de que sea de pago la hace prácticamente invisible.
En tales circunstancias cómo explicar que este opaco periodista, catalogado a leguas como un paclover haya obtenido el más alto galardón del periodismo costarricense. El premio que en otras oportunidades honraron figuras de la talla de los escritores y periodistas Adolfo Herrera García, José Marín Cañas, Alberto Cañas, Carlos Morales y José Eduardo Mora.
La explicación es sencilla y puntual: detrás de ello está el círculo vicioso y pernicioso que junta a La Nación, al Instituto de Prensa y Libertad de Expresión (IPLEX), a Punto y Aparte, así como a satélites como Ameliarueda.com (AR). La figura clave para que a este intrascendente periodista le hayan entregado un premio que a todas luces no merece, es Yanancy Noguera Calderón.
La exdirectora de La Nación es discípula declarada de Eduardo René Ulibarri Bilbao, exdirector de La Nación que en 1998 fue declarado culpable por el delito de difamación en mi contra, en la más histórica sentencia contra las malas prácticas periodísticas que se diera en el siglo XX en Costa Rica.
Pues bien, el jurado conformado por Yanancy Noguera Calderón, en representación de la Dirección de Cultura; Monthia Sancho, por las Asociaciones Culturales, y José Luis Arce, por la Universidad de Costa Rica (UCR), sin duda le siguieron el juego a Noguera Calderón.
Aquí es interesante resaltar un detalle que no se debe pasar por alto por ningún motivo: y es la forma en que entra Yanancy Noguera Calderón y es, justamente, representando a la Dirección de Cultura. ¿Notan el juego? No. Es muy sencillo. El gobierno PAC pone a una periodista para que lidere el jurado que otorgará el premio a un paclover, acrítico con este partido y con el ejecutivo, y quien fuera un servil durante la campaña electoral de 2018.
Así es como se puede explicar que un incompetente, con una ética personal y profesional retorcida, haya resultado ganador del Premio Pío Víquez, que lleva el nombre de ese ilustre escritor y periodista cartaginés que con su pluma engrandeció la patria, la misma que hoy camina dando tumbos aquí y allá, y muestra de su solemne decadencia es la entrega de este valioso galardón a un periodista mediocre.
La misma ecuación se puede aplicar a Doble Check, un proyecto concebido para emular a “No coma cuento”, en tiempos en que Ernesto Rivera Casasola hacía del Semanario Universidad, el histórico Semanario Universidad, una sucursal de la derecha costarricense y convertía al valioso medio en un pasquín del momento.
Por lo tanto, el otorgamiento del Pío Víquez a Diego Ignacio Delfino Machín y Doble Check se explica por una labrada operación discursiva cuya ejecutante es Yanancy Noguera Calderón y que cuenta con la complicidad de la actual Ministra de Cultura, Silvie Durán, al nombrarla en el jurado como su representante.
Son los mismos de siempre. Los que han hecho que el periodismo costarricense se vaya a pique. Los mismos que se creen dueños de la verdad. Los mismos que otrora ponían y quitaban presidentes bajo el pretexto de que son el cuarto poder. Los mismos que son capaces de premiarse así mismos. Los mismos que emplean un premio con rango Estatal, pagado con dinero de los costarricenses, para auto regocijarse en la ciénega de lo intrascendente, de la superficialidad y de la corronguera.
Revista pérfil: “Diego Delfino y Paola Rogue adoran a sus gatos”
Publicado el: 04 Apr 2013
Los gatos son indispensables en este hogar interesado en el rescate animal.
Fotos: Ana Lucía Rodríguez
Paola Rogue y Diego Delfino son gatunos por naturaleza. Convivir con los felinos, trabajar con ellos sobre el teclado de la computadora o al lado de la guitarra, cocinar mientras los gatos se pasean por la pila, ver tele con el gato ronroneando en sus regazos… esa es la dinámica de esta familia conformada por un periodista, una artista de rock y cuatro gatos (a dos no les gusta el modelaje, por eso su ausencia en la foto).
Ellos, además de ser amos de sus gatos (o sus gatos son amos de ellos, esto aún no está definido), promueven la adopción responsable. Para esta familia, los felinos son sinónimo de compañía, fidelidad, cariño y alegría.
http://wvw.revistaperfil.com/articulo/diego-delfino-y-paola-rogue-adoran-sus-gatos
http://wvw.revistaperfil.com/sites/default/files/per_656_inf_3.jpg
Gritarlo hasta que arda
Paola Rogue. 4 de julio del 2017
Paola fue víctima de una relación abusiva por muchos años. Después de un evento de “Chicas al frente”, ahora quiere contar su historia.
Desde niña me enseñaron que siempre tenía que poder sola, que ser fuerte, buena y paciente eran la cualidades más cotizadashttp://revistavacio.com/genero/gritarlo-hasta-que-arda/ en una mujer. Ayer aprendí que a veces lo más saludable es soltar y gritarlo todo hasta encenderse. Le pese a quien le pese.
Chicas al frente es un espacio para chicas creado por un grupo de mujeres con la expectativa de crear sororidad; es decir, alianzas entre nosotras y espacios en los que podamos retroalimentarnos con experiencias y herramientas en pro de la igualdad de género. Su misión se expresa a partir de actividades culturales y charlas que tratan de visibilizar temas como el de anoche: la violencia.
Me acerqué al conversatorio con un nudo en la garganta y con mi mejor amiga de respaldo. Para este punto es importante que entiendan algo que solo comento con mi gente cercana pero de lo que ahora me siento responsable de hablar para quebrar ciclos y corregir creencias: soy sobreviviente de violencia. Me tiemblan las manos mientras lo escribo pero ya me cansé de esconderlo. Soy sobreviviente de un ciclo de agresiones que dejan marcas más profundas que los golpes y secuelas con las que me tengo que ver la cara aún cuatro años después.
Asistí entonces con la esperanza de escuchar nuevos puntos de vista y complementar esa sensación de estancamiento que a veces ataca el proceso, ese bicho simbólico que me persigue susurrándome ideas horribles al oído.
La noche quedó en manos de un grupo de mujeres increíbles: Joss Villalobos, Coraima Díaz, Rocío Jiménez, Yvonne Cerdas y el Colectivo la Chancha Negra. Entre todas tocaron temas desmitificando esa idea de que la violencia se basa en golpes o que solo la vivimos las mujeres.
Conversamos sobre agresión patrimonial, económica, sobre el efecto de la cultura y la estructura manifestado en forma de violencia directa. Hablamos de lo crueles que somos con nosotras mismas y nuestros cuerpos y de cómo todo lo que nos han enseñado en la vida se convierte en patrones repetitivos a los que recurrimos para tomar decisiones. Malas decisiones.
“El ciclo de violencia se compone de tres fases, la acumulación de tensión, el estallido y la fase de luna de miel”, indicó Rocío Jiménez al público; quienes de inmediato plantearon posibilidades que no siempre se describen en la teoría: ¿Y si nunca llega la luna de miel? ¿Puede el estallido ser solapado? ¿Qué tal si esta persona nunca se disculpa y más bien culpabiliza a la otra para bajar la tensión, como si lo mereciera?
Mis manos heladas, los ojos vidriosos y mis voz interna dándose cuenta de que todo esto fue cotidiano y normalizado para mi en algún momento por la creencia de que las mujeres tenemos que aguantar, por la insistencia de que yo siempre estaba exagerando y las voces que constantemente cuestionaban mi salud mental.
La cúspide del evento llegó después de que la Doctora Yvonne Cerdas nos recalcara que el secreto está en querernos lo suficiente como para rechazar relaciones co-dependientes, cuando las integrantes del Colectivo la Chancha Negra encendieron el salón con su puesta en escena.
La consigna fue sencilla y poderosa: “Estas mujeres van a representar todo lo que ustedes quieran decir en un espacio seguro. No se guarden nada, todo está permitido y no vamos a destapar nada que no podamos tapar después”. Mi corazón en franca taquicardia le avisó al resto de mi cuerpo que era hora de hablar, de redefinir mi narrativa y usarla para evitar que otras mujeres pasen por lo mismo, evidenciar el problema.
“Estoy lista, no voy a aceptar esto nunca más, nunca más”.
Parte importante de esta discusión es saber reconocer las señales de una relación tan sutilmente violenta y poner límites claros contra comportamientos que han sido minimizados e incorporados como esperables dentro de nuestra cultura.
El amor no es el que te dice que sin él no podés enfrentar el mundo, que nunca vas a alcanzar tu potencial y que deberías estar agradecida de su afecto por lo difícil que sos de querer. Una relación no está bien si de repente tu pareja le dice a los demás que estás loca o que sos inestable, menos aún si estos argumentos se utilizan para tapar y justificar infidelidades físicas y virtuales.
Una bruja, un hechicero y un demonio vuelan en escobas frente a una mujer, circa 1400. Recuerden que pedir respeto y honestidad no es ser majadera y que una buena mujer no es la que tolera y calla, o la que sostiene al “gran” hombre. Todas las fotos y los posts del mundo resultan insuficientes para tapar el dolor que causa alguien cuando te dice abiertamente que no te quiere y que das asco, que te aleja de tu familia, espanta a los amigos y te enreda en una dinámica en la que todo es tu culpa, hasta lo que él hace.
La violencia se esconde en los lugares más inesperados y todos somos vulnerables si no visibilizamos esta realidad. Nuestras historias son nuestras para contar y evitar que otros las repitan, para destapar el abuso y cerrar el propio ciclo de sanación. Ayer después de la charla tuve que huir a mi casa a quebrarme hasta quedar dormida, pero si no fuera por todas esas personas tan valientes que sin saberlo me dieron su apoyo no estaría escribiendo esto. Seguiría en silencio
Suzi Love. @SuziLops
Ya he bloqueado a Diego Delfino de todas mis redes sociales y aún así me siguen saliendo varas que publica. QUÉ PUTAS TENGO QUE HACER PARA DESHACERME DE ESTE HERPESSSSSSSSS
11:28 p. m. · 22 mar. 2018 desde San José, Costa Rica · Twitter for Android