Henry Rodríguez Chacón

A la orden de Rolando Alfaro, Radio Columbia

El imperdible “ADNación” del exdirector de Noticias Columbia

Luego de que el proyecto  de radio digital “Vida FM” quedara en un estrepitoso fracaso,  Henry Rodríguez Chacón asumió en 2018 la dirección de Noticias Columbia.

El periodista colombiano radicado en Costa Rica desde hace dieciocho años no pudo imprimirle a ese espacio un nuevo aliento ni a darle una nueva visión al oyente de Columbia sobre la realidad costarricense.

Durante los comicios de ese año, Rodríguez Chacón sacó a relucir su verdadero “ADN” y es el que lo vinculó con el Grupo Nación y al Grupo Prisa, para los que en su momento dirigió en Costa Rica la radio “ADN”, que al desbarrancarse  tuvo que salir del aire.

Esta circunstancia demuestra que Henry Rodríguez Chacón no solo laboraba para ese grupo que tiene en el periódico La Nación su principal producto, sino que él abrazó en toda su dimensión la lógica y la ideología que define a ese medio y a otros satélites que siguen al pie de la letra una forma de hacer periodismo y que contrasta con el periodismo apegado a los grandes principios, a saber: el equilibrio, la ética y el respeto al ser humano por encima de sus intereses.

Contrapuesto a ese periodismo que ejercen los grandes medios como The New York Times, The Guardian, The New Yorker y El País, aunque este medio ha cambiado significativamente en los últimos diez años, está el periodismo marcado por el prejuicio, la anticipación a los hechos ( o sea, que parte muchas veces de la ficción), el desequilibrio y la manipulación de los elementos fácticos.

En este tipo de periodismo inscribió Henry Rodríguez Chacón al noticiero de radio Columbia. Ello explica por qué cuando afirmé que una de mis compañeras de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR) me había confesado que había tenido que practicarle sexo oral a un presidente de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica para poder ascender en el Poder Judicial, el espacio dirigido por el periodista colombiano siguió la línea del resto de los medios comerciales.

Es decir, cuestionar mis declaraciones sin antes intentar, si quiera, una investigación mínima para determinar cuánto se apegaban a los hechos.

De igual manera, el noticiero dirigido por Henry Rodríguez Chacón corrió a buscar fuentes que tenían claros intereses contra mi candidatura presidencial. Esa es una forma, también, de manipular los hechos, para poner en boca de fuentes cuidadosamente seleccionadas, afirmaciones que fueran en mi contra y que contribuyeran a minar la sólida imagen que me permitía pensar, con base en los hechos, de que era posible disputar la segunda ronda electoral.

Con todo lo anterior, Henry Rodríguez Chacón evidenció que ese espíritu “ADN” del Grupo Nación y el Instituto de Prensa y Libertad de Expresión (IPLEX)  prevalecía en su hacer en radio Columbia, cuyo noticiero no se diferenciaba, ni se diferencia, en nada de lo que practica el grueso de la prensa comercial.

Por lo tanto, aunque el citado periodista da a entender que se mantiene al margen y que su noticiero apela al equilibrio informativo, en realidad forma parte de ese gran engranaje de medios de masas del país que parten del hecho, ficticio, de que son poseedores de la verdad, y a partir de semejante arrogancia estructuran y difunden noticias alejadas no solo de la ética y la más básica deontología periodística, sino que también se creen dueños de dirigir las conciencias de los costarricenses.

Nadie debe llamarse a engaño por ese tono suave con que el periodista colombiano -oriundo del pueblo sureño de “Huila”, desde donde salió a buscarse la vida en Bogotá-, pretende demostrar que lo suyo es informar bien a un país que lo acogió con los brazos abiertos, como ha hecho con tantos y tantos extranjeros a lo largo de su vida democrática.

El sello “ADN” lo lleva bien marcado Henry Rodríguez Chacón, quien, tras el tropiezo con su “Vida FM” en internet, recaló en Noticias Columbia, donde desaprovechó la oportunidad de impulsar un noticiero apegado a la ética y al servicio de los costarricenses.