Jackeline Solano Gómez

A la orden de los políticos Fabricio Alvarado (en la campaña) y Carlos Luis Avendaño ( ahora como su asesora legislativa)

Sudó -agazapada- la camiseta del Partido Restauración Nacional

Jackeline Solano Gómez, periodista que cubrió la campaña electoral  de 2018,  para el diario Extra, agazapada sudó la camiseta del Partido Restauración Nacional, y ahora es la periodista del diputado Carlos Avendaño Calvo, dueño de esa fracción fraccionada.

Durante la campaña, las informaciones publicadas por Jackeline en relación con mi persona siempre buscaron explotar esos elementos que alimentan el morbo y que de paso distorsionan la información.

Siempre tuve que andar con mucho cuidado para no darle ninguna posibilidad a la citada periodista de tomar un elemento y explotarlo al máximo para crear confusión en la contienda.  Claro me descuide en una foto y me atrapó haciendo un tierno gesto espiritual.  Ese proceder se me parecía a algo que siempre realizan los fusileros ubicados en Llorente, pero la verdad es que el proceder de la periodista era ajeno, a la ética mostrada en relación con mi persona por el periódico fundado por don William Gómez, y que hoy proyecta con tanto acierto y valentía, su hija, doña Iary Gómez Quesada.

Se entiende, entonces, que el hacer de la periodista respondía a sus ocultos intereses, y poca relación tenían con el medio en el que laboraba. De esta manera, cuando anuncié que asumía el reto de ser candidato presidencial, me llamó la atención que lejos de centrarse en muchos de los aspectos interesantes para el electorado como el combate a la corrupción, la recuperación de los mares y la apuesta por una justicia al servicio de los ciudadanos y la lucha contra  la impunidad, Jackeline Solano Gómez optó por centrarse en el presunto hecho de que yo gobernaría por decreto si alcanzaba la silla presidencial. ¡Vaya canallada!

Aunque quedó claro en ese anuncio y en ocasiones posteriores de que lo mío era hacer un gobierno activo, recurriendo a todas las posibilidades que faculta la Constitución Política y siempre al amparo de la ley, Jackeline entendía otra cosa.

O mejor dicho: le interesa comunicar otra visión, otros elementos, que fueran útiles a otros aspirantes. Así, en su nota del 31 de mayo de 2017, ya en el titular dejó entrever cómo para ella era más relevantes  los prejuicios por encima de un tratamiento equilibrado de la información.

“No soy un dictador” fue el titular empleado por Jackeline Solano Gómez para dar cuenta del anuncio oficial de mi candidatura. ¡Y eso que es cristiana!

¿Podía titular de forma más negativa? Hay un truco implícito en el título y es que la gente se queda con el último elemento semántico: dictador. Y de esa forma empezaron a asociar mi imagen con un aspecto totalmente negativo y antidemocrático. Todo lo contrario de lo que he sido toda mi vida. No obstante, el tratamiento a que fue sometida la información apuntaba a una situación por completo adversa a mi buen hacer y a mi derecho de procurar llegar a la primera magistratura de la República.

Conocido por el pueblo costarricense como un abnegado y valiente  abogado penalista, con una carrera de más de 40 años, y con un paso breve por la función cuando fui ministro de Seguridad y posteriormente ministro de Justicia, siempre he sido un ciudadano absolutamente respetuoso del ordenamiento jurídico que prevalece en el país y sobre todo de la ética ciudadana.

Razón por la cual, el hecho de salir a decir en un medio de tanta importancia como lo es diario Extra, y el que tiene todo mi respeto, que yo no era un dictador, ya hacía intuir un interés velado de la periodista, que iba más allá del medio que entonces representaba, y se circunscribía casi en un hacer personal.

¿Qué necesidad había de desmentir que yo no era un dictador? Solo hay una explicación para poner ese titular: un interés ideológico de dañar mi imagen, perverso, politiquero y de suyo anticristiano.

Una vez decantada por este núcleo semántico, todo lo que venía se prestaba a confusión, pese a que yo había explicad, reiterado y afirmado con total claridad que en caso de que llegase a la presidencia, lo mío iba a estar por completo apegado a la ley y que el recurso de utilizar en algunos casos los decretos era totalmente válido y a la vez empleado por todos los presidentes que han estado al frente del ejecutivo.

“Alguien con cerebro de meneíto que dice que gobernar por decreto es un dictador, por el amor de Dios, los decretos los usan todos los presidentes, no pueden ir contra ley, ni contra la constitución”, así declaro habló en dicha oportunidad Juan Diego Castro, no obstante, esta información fue estructurada de tal manera, que tras leerla da la impresión de que el candidato precisaba hacer dicha aclaración, cuando en realidad no era así, puesto que su visión democrática siempre ha prevalecido.

En la exposición de ese 30 de mayo del 2017, hablé de temas clave para la campaña y para un eventual gobierno, pero la periodista los puso en un segundo plano. “Yo no soy mano dura, no creo en la pena de muerte. Creo en la justicia para que quienes cometan fechorías asuman sus responsabilidades. No creo en un gobierno que suelte 6.000 presos; no creo en una Corte que tiene un régimen de impunidad del 95% en casos que no se resuelven. El país necesita seguridad jurídica, seguridad frente al crimen y seguridad para que nuestros mares no sean saqueados”.

¿Por qué optó por tal estrategia discursiva? ¿Fue un proceder gratuito sin ninguna pretensión posterior? ¿Qué intereses, más allá de los informativos, le asistían a la comunicadora? Son preguntas que quedan en el aire y que conviene contemplar.

Los hechos posteriores demostraron que una vez acabada la campaña, casi de inmediato, Jackeline Solano Gómez pasó a ser la asesora de prensa del pastor político Carlos Avendaño Calvo.

El hecho de que después apareciera no solo como asesora, sino como “asesora sexi”, según tituló Extra, da una dimensión de su posicionamiento en la Asamblea Legislativa y de su praxis politiquera, echando manos de todos los recursos que le dispenso el Creador.

No hay duda, como se observa, de que Solano Gómez se puso con mucha antelación la camiseta de Restauración Nacional.

¿Fracasó en su intentona electoral cantonal?