Karina Garay Gutiérrez

A las órdenes de Fernando Contreras López.

Ridícula pantomima…  voz de “pinganillo” incluida

Luego de que no permití el espectáculo circense en la jaula de las fieras, como estaba planeada la entrevista en Repretel Canal 11, del 9 de enero de 2018, con el periodista Alexis Rojas como domador… porque lo acordado con Jerry Alfaro era otra cosa, como se lo planteé personalmente cuando accedí a una “conversación respetuosa” con su periodista Karina Garay Gutiérrez, el día 29 de ese mismo mes.

Lo que me llamó la atención apenas al comenzar la entrevista fue la insolencia desbordada y los prejuicios que infectaban a  la comunicadora, a quien le dictaban las preguntas  y repreguntas por su pinganillo y ella muy obediente entre replicarlas y mantener mi atención hizo que fácilmente se delatara.  Una pantomima aguada politiquera al gusto de Fernando Contreras López y  la sombra de Tino Orgullo.

En remedo de entrevista, Garay Gutiérrez se mostró furibunda, rabiosa y simplona, espetó uno a uno los prejuicios y las desinformaciones que había manejado el resto de la prensa canalla y los partidos corruptos en mi contra durante la campaña electoral de 2018, que estaba a dos semanas de finalizar.

No me dejó otra salida que evidenciarla en vivo y a todo color: tuve que decirle que ella sacaba conclusiones absurdas de lo que yo decía, al tiempo que parecía no escuchar ni una de las palabras que yo pronunciaba, porque la voz del pinganillo la atarantaba.

Sabía muy bien del encono de Contreras y lo constaté en ese momento, que todo ello formaba parte de un plan para exponerme de mala manera, y que Karina Garay Gutiérrez solo era una pequeña marioneta de ese opaco escenario que manejaban Repretel – Angel – Contreras,  en aquella aciaga campaña electoral.

Camino a esos comicios quedó demostrado que hay un sector de medios como La Nación, Crhoy, Elmundocr, Semenario Universidad,  aunque era estatal jalaron gatillos fusileros junto a Teletica y Ameliarueda.com, entre otros,   pelotón de fuego de la prensa canalla y los partidos corruptos para destruir mi candidatura.

Hay que agregar a lo anterior, que no solo pretendían desprestigiarme como candidato presidencial, sino que también echar estiércol y mucha basura sobre mi vida personal y profesional, donde hasta ahora, gracias a que he seguido las enseñanzas de mi padre y a mi ética inclaudicable, nunca han encontrado ningún motivo real para cuestionarme.

En esa entrevista del 29 de enero del 2018, Karina, volvió a distorsionar mis afirmaciones sobre una excompañera de la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, quien había tenido que practicarle sexo oral a un presidente de la Corte Suprema de Justicia para poder ascender. También trató de alterar lo que yo había afirmado sobre del padre de Rodolfo Piza, a quien mi familia materna conoció muy bien, y así fue buscando uno a uno los prejuicios, las desinformaciones y los ataques para tratar de desestabilizarme durante el desarrollo de la conversación y posteriormente para que los electores tuvieran razones para no apoyarme. Casi se escuchaban el chirrido de las hediondas mangueras de los mañosos de campañas sucios del PUSC y el PLN.

Lo que hizo Garay Gutiérrez fue actuar como una marioneta, incapaz de seducir a un soldadito de plomo y  al servicio de su patrono y sus correligionarios, donde por muchos años había trabajado la que entonces era asesora de Álvarez Desanti, Evelyn Fachler.

Después de ese encuentro titiritero, que no fue el único frente a los micrófonos de la prensa canalla,  comprobé que la decisión del 9 de enero anterior, ante el fufo a hienas enjauladas,  no asistir a la entrevista, fue la correcta. Legítima defensa. Riesgo menor.

Es cierto que, a raíz de mi ausencia, Alexis Rojas montó todo un show y presentó la famosa silla vacía con el fin único de afectarme directamente y sin que Repretel asumiera ninguna responsabilidad por haber cambiado de última hora las reglas del juego. Así son Contreras y el estilo chilango.

No obstante, pese a todo ese juego malvado de desinformar para el que se presentó el hoy periodista jubilado, con la entrevista realizada por Karina Garay Gutiérrez quedó más que claro que dicho canal se prestaba a toda la triquiñuela de querer distorsionar todo lo que giraba en torno a mi candidatura.

Nunca pensé que Repretel asumiría una actitud más profesional, más ética y más equilibrada, pero me tomé con más de lo mismo y con la misma virulencia con que me atacaron desde Canal 7 y La Nación.

Todo ello me lleva a la reflexión de que el periodismo en Costa Rica, como quedó evidenciado con creces en esa campaña electoral, atraviesa por una seria crisis de identidad y profesionalidad, por una etapa en la que muchos medios y reporteros solo se dedican a servir a intereses superiores y espurios, y no a dar un servicio público como corresponde.

La situación es grave si se considera la relevancia que en nuestra sociedad occidental ha tenido la prensa como un ente regulador del buen hacer de los políticos y de quienes ostentan el poder.

Lo que sucede en nuestro país es que muchos periodistas se vanaglorian de sus análisis sesgados y que pasan como si fueran equilibrados y éticos, con el fin de venderle una mercancía falsa al público, que muchas veces compra altas cuotas de sensacionalismo, sin darse si quiera cuenta de que lo están utilizando.

Por ese y otros motivos, es que he sostenido siempre una actitud vigilante y valiente con la prensa antiética e inclinada a favorecer intereses de terceros, cuando su labor debería de estar al servicio del ciudadano, de ese ciudadano que sufre cuando los gobiernos no son ni siquiera la sombra de lo que prometieron.

Lo que me sucedió con Repretel, cuando me cambiaron la reglas a última hora y luego en la entrevista con Karina Garay es solo otra muestra más de que si realmente queremos una patria mejor, en la que prevalezcan los altos valores que otrora  promovieron nuestros próceres, es imprescindible contar con una prensa libre, inteligente y honesta.