Mercedes Yolanda Agüero Rojas

A la orden de Manuel Francisco Jiménez Echeverría. Lico IV

‘Inteligencia de datos’ arma letal de la prensa canalla

Mercedes Yolanda Agüero Rojas trabajó durante muchos años en la Unidad de Inteligencia de Datos de La Nación, desde donde respaldó ejercicios anti periodísticos, en mi contra, que efectuaron compañeros suyos como Aarón Andrés Sequeira Chinchilla, Esteban Enrique Oviedo Álvarez, María Sofía Chinchilla Cerdas, y Natasha Cambronero Rodríguez.

Lo más lamentable de esta periodista es que muchas veces pareció la más tierna y la más sensible, cuando se trataba de seguirle el juego a su periódico en materia de promocionar a las personas a algún puesto público, y en el que La Nación tenía un determinado interés.

Así, es “sublime” el retrato que el 10 de diciembre de 2017 realizó de la entonces fiscala general interina, Emilia María Navas Aparicio, a quien puso como el ejemplo superior en cuanto a dedicación laboral. De esta manera, la presentaba como una funcionaria sin tacha, sin contradicciones, pura y limpia como la nieve, en un ejercicio propagandístico marca La Nación S.A., ese extraño medio de comunicación que tiene una capacidad de metamorfosis increíble, gracias a su capacidad de transformarse en un camaleón cada vez que la ocasión lo reclame, y así pinta de colores el universo que le conviene y cuenta verdades a medias o mentiras encubiertas.

Esta es la forma en que Mercedes Yolanda Agüero Rojas se refería a la en ese entonces fiscala interina:  “Luego de algunos intercambios sobre el contexto de la conversación termina dando, a cuentagotas, algunos detalles de su vida. Recién terminó de leer El Cofre de Constantino, un libro de historia, y ahora se encamina a abrir las páginas de Palabra de primera dama, de Michelle Obama, uno de los personajes que más la inspiran en este momento”.

El medio que tan ferozmente unos meses más tarde me atacaría por lo que dije y no dije en la campaña electoral de 2018, y por el simple hecho de presentar mi nombre, digno y honrado, como candidato para la presidencia de la República, hace aquí un trabajo propagandístico de ensueño para la beneficiaria, como dirían en el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), y la retrata como si fuera una princesa del Poder Judicial, en ese cuento de hadas que solo en un medio, como La Nación, con un elevado grado de cinismo, puede construir para favorecer un nombre como el de Navas Aparicio.

El ejemplo del perfil a la fiscala general sirve para demostrar que La Nación, para el que laboró por muchos años Mercedes Yolanda Agüero Rojas, es, cuando lo requiere, una enorme agencia de publicidad disfrazada de periódico, o puede ser también un partido político con sus tentáculos cuando la ocasión lo demanda.

“He venido leyendo mucho sobre ella—Michel Obama– porque aprovechó su cargo de primera dama para hablarle a las mujeres, a las niñas y adolescentes para que aprendan avalorarse y para que estudien. Cuando uno ocupa puestos de jefatura importantes, además de hacer su trabajo, uno debe ocuparlos para ser un referente. Ella lo fue y lo sigue siendo”, reflexiona. ¿Le gustaría ser un referente? Sí, por supuesto, responde sin titubear. “Lo importante es ocupar cargos, no por género, sino por cualidades y destrezas. No se trata de hombres o mujeres, sino de igualdad de oportunidades”.

En el perfil propagandístico nunca cuestionó a la entonces aspirante a fiscalía general y la deja explayarse a sus anchas para que nos cuente de su bondad, de su eficacia, de su capacidad inmensa de gestión, sin que la periodista se haya informado adecuadamente de con quién trataba.

No obstante, luego Mercedes Yolanda Agüero Rojas, cuando se trata de obstaculizar una candidatura como la mía, azuzando desde las sombras los trabajos de sus compañeros, nunca dudó en atacarme.

Esta es la misma Mercedes Yolanda Agüero Rojas, que luego pasaría a la unidad de datos y de investigación del Semanario Universidad, el medio universitario, financiado por todos los costarricenses, que se convirtió durante la dirección de Ernesto Rivera Casasola en un eco del Partido Acción Ciudadana (PAC) y del gobierno de turno, primero con Luis Guillermo Solís y posteriormente con Carlos Alvarado, al que favorecieron durante toda la campaña de 2018.

Es decir, Mercedes Yolanda Agüero Rojas con todo el hacer maquiavélico de La Nación, pasó a engrosar las filas del Semanario Universidad para darle continuidad a una línea ideológica y editorial que hermanaba a los dos medios, los cuales, en los verdaderos tiempos del periodismo riguroso y valiente del Semanario Universidad, bajo la batuta de Carlos Morales Castro, eran como el agua y el aceite.

Al Semanario Universidad llegó a hacer grupo con Hulda Miranda y Álvaro Murillo, dos exiliados de La Nación, quienes, sin embargo, dejaron el citado medio, pero se llevaron sus prácticas anti periodísticas para afectar, denigrar y ofender a personas honradas, trabajadoras y apegadas a una ética innegociable en su hacer profesional y personal. Ese fue mi caso, me atacaron basados solo en prejuicios.

En síntesis, Mercedes Yolanda Agüero Rojas es de la misma camada de ese grupo que no tienen al periodismo como bandera, sino que más bien se aferran a una fórmula periodística, en la que solo cuentan sus verdades, o sus mentiras, como se quiera ver, y tratan de imponerlas con la prepotencia con que aprendieron a hacerlo en la Matrix llamada La Nación, que en la coyuntura de Ernesto Rivera Casasola extendió sus tentáculos al Semanario Universidad, donde se desempeña hoy la periodista, quien muchas veces, como sus otros compañeros, ‘ninguneó’ al semanario de la universidad que veían con reticencia y con desprecio.

A mitad de la campaña electoral del 2018, la Corte Suprema de Justicia, probablemente presionada la prensa canalla, cometió el tremendo error de designar a Emilia Navas Aparicio, primero como fiscala generala interina y después en propiedad. Fue en noviembre del 2017, cuando el único candidato que criticó y se opuso a esa nefasta escogencia, fui yo.

El pelotón de fusileras y fusileros de La Nación, escucharon los chiflidos de los dos potentes  Armados y de Manuel Francisco Jiménez… “afusílenlo”.  Y claro, los demás candidatos de los partidos corruptos callaron.

Casi cuatro años después la historia judicial, me dio la razón.  Y el pelotón de fusilamiento… al estilo habanero de los cincuenta y sesentas, limpió y aceitó sus armas de tinta y papel.

De noviembre del 2017 a julio del 2021, los 44 meses  más oscuros de la turbia historia del Ministerio Público de Costa Rica

Piden renuncia de Emilia Navas

Diputados y sindicatos judiciales 

https://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/452679/piden-renuncia-de-emilia-navas

Piden a fiscala Navas que se jubile 

Sindicato judicial 

https://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/453270/piden-a-fiscala-navas-que-se-jubile-

Fiscala se contradice y dejará su puesto

Tras cuestionamientos en medio de investigación de Cochinilla

 

Emilia Navas Aparicio, fiscala general de la República, anunció su separación del cargo que ha ocupado por tres años y medio, decisión que se debería al disfrute de su jubilación.
La funcionaria hizo el anuncio pese a que en los últimos días insistió que no había motivos para apartarse del puesto, posición que tomó más fuerza cuando los magistrados decidieron no investigarla.
Pese a esas declaraciones, la oficina de comunicación del Ministerio Público le informó a DIARIO EXTRA que Navas se mantendrá en su puesto hasta el 12 de julio, fecha en que iniciará un período de vacaciones que culminan el día que se apega a la jubilación.
“Me dedicaré a realizar los informes correspondientes para hacer la transición del cargo al fiscal subrogante, y posteriormente, entre el 13 de julio y el 24 de agosto, he solicitado a la Presidencia de la Corte Suprema acogerme al período de vacaciones que me corresponde, para hacer efectiva mi jubilación a partir del 25 de agosto del 2021”, detalla el mensaje enviado por Navas.

https://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/453339/fiscala-se-contradice-y-dejar-su-puesto