Yamileth Angulo Rosales

Dirigió “elmundocr”, en la sucia campaña, ordenada por Antonio Álvarez Desanti y aupada por Mauricio Gordiano Muñoz Salazar

La irá de Álvarez Desanti… destilada en  canalladas  atroces

La revolución que propició Internet trajo consigo también muchos males y uno de ellos es la falta de filtros. Así nació un periódico digital llamado “elmundo.cr”, que desconoce todas las reglas éticas y morales que han de sostener a un medio de comunicación serio que se ha propuesto informar a un público lector.

El 21 de enero de 2018, en medio de una campaña electoral marcada por las influencias indebidas e interesadas de gran parte de los medios de comunicación del país, “elmundo.cr” publicó un perfil titulado: “Juan Diego Castro: la falsedad del nuevo mesías”, en el que mintió de principio a fin.

Mintió desde el nombre del autor, quien supuestamente había elaborado el trabajo, puesto que el doctor Miguel Mendoza nunca escribió esa sarta de barbaridades e incongruencias en perjuicio de Castro.

Tiempo después, como se explicará más adelante en este artículo, Mendoza negó de forma rotunda, ante notario, haber escrito el texto canalla en el que se tildaba al entonces candidato presidencial de ser lo peor de lo peor, solo porque “elmundo.cr” servía a espurios intereses y estaba vendido al mejor postor. Una vergüenza absoluta que un medio de comunicación, si realmente puede llamarse así, haya caído tan bajo y haya engañado de esa forma a sus lectores solo por unas cuantas monedas, con lo cual repetía el ritual con que 2000 años antes se había vendido al mesías por Judas Iscariote.

Para darte ribetes de credibilidad se adjuntaba el único dato verdadero del extenso oprobio que se escribió contra Castro: el hecho de que el cura Miguel Mendoza fuera psicólogo graduado en la Universidad de Nicaragua.

Todo lo demás fue una retahíla de viles mentiras y falsos hechos, todos demandables.

MENTIRA TRAS MENTIRA

Ya desde el titular hay que advertir la primera de las mentiras, cuando se califica a Castro como el falso nuevo mesías. Durante la campaña electoral, el candidato nunca se presentó como un mesías, por el contrario, siempre fue frontal en su discurso y puntual en la forma en que debían de resolverse los problemas más agudos del país, como la creciente corrupción, el problema fiscal, la inseguridad y la improductividad en la Asamblea Legislativa.

De manera tal, que tachar a Castro de un falso mesías para emparentarlo con alguna corriente religiosa no era más que una vil y pobre mentira, lo que de paso evidenciaba la estrechez de miras de los editorialistas de “elmundo.cr”, que si quería presentarse como una alternativa a la prensa más comercial, con dicho proceder solo confirmaba que era un medio hecho a medida y semejanza de quienes dejaran caer unas cuantas monedas, porque de todas maneras la ética, para ellos, era corruptible y manipulable.

El artículo tachaba a Castro de “demagogo” porque se aprovechaba de los “problemas sociales” para sacar partida a su favor. Con una introducción al tema, que pretendía pasar por seria, los inescrupulosos  editorialistas de “elmundo.cr” pretendían dotar de credibilidad a la información que le presentaban a los lectores para luego incurrir en una serie de mentiras de tal magnitud, que solo eran posibles si detrás estaba una prensa canalla, carente del más mínimo profesionalismo y hecha por serviles vendidos al mejor postor.

Estos nuevos Mesías como Juan Diego Castro, son la representación más radical de los viejos conceptos comunistas de una revolución social de igualdad para el pueblo, son tendencias netamente comunistas y disfrazadas actualmente como socialismo”, escribían en el artículo.

Se recurre a la descalificación por medio del término “comunismo”, como si el mundo todavía viviera en la era de la Guerra Fría que dividió al planeta entre comunistas y capitalistas, entre el bloque Occidental y el bloque del Este. Ya para entonces, a la altura de estas líneas, un lector entrenado podía sospechar que todo lo que se le estaba diciendo era una GRAN MENTIRA, así, con mayúscula, pero no todos los que leen lo hacen con el cuidado que demandan los tiempos actuales, en los que las falsas noticias pululan por doquier.

Aunque el “elmundo.cr”, que en, aunque se denomine periódico digital no es más que un pasquín entreguista y vergonzoso, tiene que admitir que ni siquiera sabe mentir bien, pese a lo cual ello no quita que el daño producido en este caso al señor Castro haya sido relevante, por el hecho de que se produjo en el contexto de la campaña electoral y a tan solo 11 días de las elecciones del 2 de febrero de 2018.

Afirmar que el candidato Castro pretendía “controlar la población en general, los medios de comunicaciones televisivos y radiales, las fábricas, centros de estudios, destrucción de la producción agrícola y las pequeñas y medianas empresas (sic)” no solo era descabellado, sino un solemne descaro. Al margen de que el medio con su pobre e incongruente redacción ya revelaba la incompetencia de sus editorialistas.

Tras enfocarse en temas generales, la canallada de “elmundo.cr” pasa a un ataque personal contra Castro, basado totalmente en mentiras, todas, demandables por no tener el más mínimo asidero en la realidad.

¿Cómo un medio puede mentir con tal descaro y con tal magnitud? ¿Cómo si se quiere captar a una población ávida de información valiosa se puede prestar un “periódico” para desinformar de esa forma a sus lectores? Solo hay una explicación a estas interrogantes: el servilismo a una clase política y empresarial que vive de la manipulación, el engaño, la corrupción y el control de las masas y perpetuar así una realidad que les conviene y les beneficia desde cualquier punto de vista que se analice.

El artículo de marras descalificaba la participación de Castro como ministro de Seguridad primero y luego de Justicia, alegando que se debía solo a un asunto de amistad con el entonces presidente de la República. Falso, falso, falso: como abogado penalista Juan Diego Castro había demostrado, a muy temprana edad, su brillantez en el campo penal, brillantez que con el paso de los años lo iban a confirmar como el mejor abogado penalista del país sin un ápice de duda, incluso ello reconocido por sus propios enemigos.

De forma tal que decir en aquel momento –a las puertas de las elecciones presidenciales—que Castro respondía a “un falso concepto de moralidad” era una manera de descalificación burda y sin sentido, propia de un “periódico” que vivía de las migajas que le lanzaba la cúpula política a la que sirve.

Al no tener argumentos sólidos para atacar al candidato presidencial, “elmundo.cr” acudía a un ataque personal mediante afirmaciones indemostrables, pero que en ese momento hacían mucho daño.

Al repasar, una a una, esas mentiras se aprecia la forma vil en que torcieron la realidad para intentar perpetuar sus canalladas.

Se dijo que Juan Diego Castro se había “destacado” por:

“Por ser contradictorio en temas jurídicos que ha representado”: FALSO. Todo lo contrario, un abogado con un promedio del 90 por ciento de los juicios ganados a lo largo de una carrera de 40 años no puede tener tan alto porcentaje de aciertos si fuera “contradictorio”. Solo la claridad, la ética y la moral como banderas permiten alcanzar un grado de tal magnitud. Pareciera que los editorialistas de “elmundo.cr” ni siquiera conocían bien el lenguaje con el que buscaron dañar la imagen, las aspiraciones y la carrera de Juan Diego Castro.

“Un hombre que quiere representar un país que se ha casado 3 veces por su inestabilidad emocional”: FALSO. Reconocer que una relación, por las mil razones que sean, no lleva a ningún lugar y ponerle un término sano y oportuno, jamás puede asociarse con estabilidad emocional. En este ámbito, incluso, hacer una afirmación tan superficial sin conocer los motivos que mediaron es un acto, como todo el articulo comentado, de absoluta irresponsabilidad. ¿Qué credibilidad puede tener un medio así?

El querer representar a un país es un acto legítimo de cualquier ciudadano respetuoso de la ley, las tradiciones y las costumbres de su país, y en el caso de Castro era un proceder de civismo, compromiso y amor a una patria en la que sus ancestros forjaron sus sueños a fuerza de trabajo honesto y tesonero. El pretender heredar a las futuras generaciones un mejor país no puede ser descalificado por un “periódico” servil y mentiroso.

“Un hombre que ha maltratado a su madre quien aseguró que su hijo es esquizofrénico”: FALSO. Todas las mentiras al respecto se originaron en un video filmado por la agencia de publicidad JBQ y todo lo dicho en él por mi madre, no concuerda en un solo punto con la verdad de las cosas y de la relación entre Carmen Fernández y su hijo Juan Diego Castro.

Se agrega, en esa misma línea, que “ha golpeado a su segunda esposa según consta en denuncias interpuestas en el ministerio público”: FALSO.

La desfachatez no tiene límites y se atreve “elmundo.cr” a hacer afirmaciones calumniosas, infundadas, temerarias y deleznables, todas impropias de un medio de comunicación que se precie de ser serio.

No satisfechos con haber hecho una serie de afirmaciones infundadas, “elmundo.cr” sostiene con una irresponsabilidad inverosímil una aseveración temeraria y salida por completo de la realidad.

“Un hombre que fue expulsado de La Salle por conducta indebida con un compañero de estudio”: FALSO.

 Jamás, jamás, jamás Juan Diego Castro fue expulsado de La Salle. De nuevo, ¿cómo un medio de comunicación, que se presenta al público como tal, se atreve a lanzar semejante mentira?

Solo por un hecho como este merecería “elmundo.cr” ser llevado a los tribunales, para que sean los jueces los que establezcan las responsabilidades luego de tanta barbaridad expresada por este pseudoperiódico.

Las calumnias elevadas tan exponencialmente como en este punto en particular, permiten deducir que la prensa costarricense ha alcanzado cuotas inimaginables en cuanto a la falta de ética y profesionalismo.

De igual manera, el artículo, estructurado para hacer daño, desinformar y golpear con falsos datos, acusa a Juan Diego Castro de que es “un hombre que dice luchar contra la corrupción, pero ocultó las negociaciones ilícitas de su suegro”.

“elmundo.cr” le endosa al entonces candidato presidencial una situación de nuevo falsa y pone sobre sus hombros una historia que no solo no es como la cuenta, sino en la que él no tiene ninguna relación. Se buscaba con ello atacar la fuerte y clara lucha que Juan Diego Castro ha tenido a lo largo de toda su vida contra la corrupción tanto en los poderes del Estado como en el ámbito político. A falta de elementos para atacarlo, la imaginación de situaciones es otro de los recursos a los que apeló el mencionado “periódico”.

No contentos con deslegitimar su lucha contra la corrupción, procede el medio a afirmar que el candidato es “un hombre que odia que las mujeres (sic) progresen por sus méritos y solo en su mente enferma existe la falsa realidad de que surgen con favores sexuales para conseguir cargos en la magistratura, entes del estado y empresas privadas”: FALSO.

Si hay un hombre que se ha prodigado en darle su lugar a la mujer es Juan Diego Castro. Lo saben en su familia. Lo saben sus hijas. Lo saben sus excompañeras de universidad. Por consiguiente, decir semejante mentira es una afrenta a la inteligencia, a la seriedad, a la ética, al profesionalismo. Solo un “periódico” vendido y entregado a causas innobles puede darle el extraño lujo de vilipendiar de esa forma a un caballero con las damas como lo ha sido siempre tan destacado abogado.

PARAFERNALIA

Como en realidad no encontraron portillos para atacarlo, “elmundo.cr” recurre de nuevo a un viejo esquema que se emparenta con las confrontaciones típicas de la Guerra Fría, solo que 30 años después de la caída del muro de Berlín que dio al traste con todo el bloque soviético.

“Un hombre cuyas ideas revolucionarias son de corte cubano y seguirá poco a poco la línea que utilizó la dictadura de Manuel Antonio Noriega en Panamá y la forma que utiliza el dictador Nicolás Maduro en Venezuela, al gobernar mandando por Decreto…”.

Su argumentación es tan frágil, tan tomada a vuela pluma que procura resucitar al fallecido Noriega al tiempo que emparenta la candidatura honrada, limpia y valiente de Castro.

Aquí, en este punto, queda claro que ese muro de aseveraciones infundadas se les empieza a desmoronar, porque a esa altura del artículo, es probable que los lectores más avezados se percataran de que todo lo que les venían contando era más que falso: era una postura ideológica para hacer daño, para dejar caer sobre un candidato con proyección una losa que solo son capaces de dejar caer aquellos que tienen miedo, miedo a su propia mediocridad y a que al poder llegase un hombre con ideas claras, con principios morales sólidos y con el afán de hacer que las cosas caminen en un Estado anquilosado en la burocracia y el sinsentido.

Decir, también, de un candidato como Juan Diego Castro, cuya base en la vida ha estado apegada a los principios éticos y legales que “basándose en la necesidad del pueblo quiere mandar por decreto para anular reglamentos y disposiciones, buscando en un futuro muy corto si llegase a ganar (si), la modificación de la constitución y la reelección indefinida”, es poner el tema ya en un ámbito totalmente desproporcionado y salido de cualquier, por mínimo que sea, seriedad posible.

“elmundo.cr” es, como puede apreciarse con creces, un pasquín charlatán sin el menor asomo de seriedad y, por ende, carente por completo de credibilidad.

Expresar, además, que Castro “borró sus antecedentes delictivos pero que pronto saldrán a la luz pública” es irrespetarlo absolutamente  y, sobre todo, a un público que con buena fe acude a leer una determinada información. En este caso, la falsedad es el hilo que recorre de principio a fin el texto, y que tenía como fin afectar con calumnias y mentiras la imagen del candidato que con mayor fuerza se proyectaba para llegar a la presidencia en 2018.

Un medio como “elmundo.cr” es oscuro para una democracia. El artículo contra Juan Diego Castro es basura informativa. Es mentira total sin escrúpulos. Es manipulación. Es periodismo vendido y periodismo supositivo de la peor estirpe. “elmundo.cr” es una terciopelo que se arrastra en el universo mediático sin ningún pudor y sin ninguna dignidad.

La querella

El 20 de enero del 2020 querellé Yamileth María Angulo Rosales por los delitos de difamación, ante el Tribunal Penal del Segundo Circuito Judicial de San José

Un medio como “elmundo.cr” y su directora Yamileth María Angulo Rosales son un punto oscuro para la comunicación y la democracia costarricense, criminales del anti-periodismo. El texto difamatorio  que sustenta esta acusación atropella todos los códigos éticos que rigen al periodismo responsable. Es basura informativa, dañina y malintencionada. Es mentira sin escrúpulos. Es manipulación absoluta. Es periodismo sicario moral y periodismo supositivo de la peor estirpe. Es una canallada inédita.

El pasquín “elmundo.cr” y su directora Yamileth María Angulo Rosales se arrastran en el universo mediático sin ningún pudor y sin ninguna dignidad, y mintieron sin el más mínimo pudor con el objeto de desbaratar el honor que el querellante ha construido basado en un ejercicio del derecho honesto, innovador y valiente.

El proceder de la directora Yamileth María Angulo Rosales y de “elmundo.cr” es bochornoso y hacen que cualquier adjetivo con que se les asocie sea insuficiente para describir, precisar y señalar la criminalidad con que este medio atacó a Juan Diego Castro Fernández, candidato presidencial durante la campaña electoral de 2018.

De conformidad con lo dispuesto en los artículos 41 de la Constitución Política; 11 de la Convención Americana de Derechos Humanos; 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 22, 30, 31, 45, 53, 71, 73, 74, 76, 146 del Código Penal; 18, 19, 72, 73, 74, 380 y concordantes del Código Procesal Penal; plantea querella de acción penal privada por los delitos de difamación en contra de Yamileth María Angulo Rosales, cometidos en perjuicio de Juan Diego Castro Fernández.

Yamileth Angulo Rosales, periodista, cédula de identidad 205750744, nacida el 3 octubre de 1982, hija de Carlos Angulo Sancho y Luz María Rosales Arias, madre de una niña hija de Mauricio Gordiano Muñoz Salazar, vecina de San José, San Sebastián, San Pedro, del Restaurante La Casita cien metros al norte y anteriormente de San Rafael de Heredia, del refugio de animales 100 norte, 400 este, cabaña techo rojo, muro de piedra, teléfonos 2247 3369 y 2267 7860, directora del periódico digital “elmundo.cr” propiedad de la Sociedad Periodística El Mundo S.R.L.   3-102-4360,  con oficina al momento de los hechos en San Pedro de Montes de Oca, Los Yoses, de la Embajada de Chile cien metros al sur y 50 metros al oeste, avenida 12, calles 39 y 37, y actualmente con sede en  Barrio Escalante, San José, calle 25, entre avenida 5 y 7 casa 542, detrás de la Antigua Aduana, teléfono 4030-8378, además figura como presidenta de El MundoCR S.A., cédula de persona jurídica 3-101-703593, que no paga el impuesto de sociedades desde hace tres años, por lo que el Registro Nacional no expide certificaciones sobre ésta.

Relación clara, precisa y circunstanciada de los hechos

Hecho primero. El domingo 21 de enero del 2018, a dos semanas del día de las elecciones nacionales, cuando el suscrito querellante figuraba en una magnífica posición como candidato a la presidencia de la república, Yamileth María Angulo Rosales, directora del periódico -sicario moral-  “elmundo.cr”, con el afán de destruir el honor y afectar gravemente la reputación del querellante,  publicó y permitió que fuera divulgado un falso libelo difamatorio en mi contra,  intitulado  “Juan Diego Castro: La Falsedad del Nuevo Mesías”, con el mendaz cintillo “Por Dr. Miguel Mendoza – Psicólogo de la  Universidad de Nicaragua.”

Desprestigiante y falso titular, para etiquetar vilmente al suscrito de “nuevo mesías” y para llamar la atención sobre esa deshonrosa calificación y lanzar el lector al contenido mendaz difamatorio del artículo, Angulo Rosales publicó un comentario difamatorio, falsamente amparada al nombre de un sabio profesional e intachable, don Miguel Mendoza, psicólogo y quien había sido fraile y director del Colegio De La Salle, en mi época de estudiante de secundaria, en los años setenta. Canallada inédita en la mala prensa de Costa Rica.

Hecho segundo. Ante la crueldad anti periodística y el uso criminal de su limpio nombre, consumado por la directora del mentado pasquín delictivo, el psicólogo Mendoza Martínez increpó fuertemente a Yamileth Angulo, obligándola a disculparse públicamente con él  y a eliminar de inmediato el texto criminal calzado falsamente del sitio web de “elmundo.cr”, según se desprende del comentario suscrito por la querellada y que aún aparece en el link:  https://www.elmundo.cr/opinion/aclaracion/

 “ACLARACIÓN    enero 24, 2018 Redacción Opinión

El día 21 de enero del 2018 ingresó al correo de la redacción de El Mundo CR un email con un artículo de opinión suscrito por una persona que afirmaba ser el Dr. Miguel Mendoza, Psicólogo de la Universidad de Nicaragua. Luego de que el artículo fuera publicado en la sección de Opinión del diario, el Dr. Mendoza ha publicado un vídeo en el que afirma no ser el autor, por lo que de inmediato hemos procedido a su eliminación.

Dado que el Dr. Mendoza afirma haber sido víctima de suplantación de identidad hemos, como un acto de buena fe, denunciado al remitente del artículo de opinión por suplantación de identidad mediante la opción dispuesta para ello por nuestro proveedor de correo electrónico y ponemos a disposición del señor Mendoza los metadatos del correo en cuestión para que, si lo tiene a bien, pueda proceder a plantear la denuncia correspondiente ante las autoridades para dar con el responsable. El Diario Digital El Mundo CR emite una sentida disculpa al Dr. Miguel Mendoza y aceptamos como nuestro el error por la publicación de ese artículo.  Los controles relacionados con publicación de artículos de opinión serán reforzados a partir de este incidente.

Adicionalmente, el diario digital El Mundo CR desmiente categóricamente las afirmaciones hechas por el candidato presidencial Juan Diego Castro en el espacio Café Política, de Canal 7, que ligan a este diario con la divulgación de una conversación de WhatsApp falsa que habla sobre supuesto abuso de niños en otro país.

Dicho artículo fue publicado por un sitio de noticias falsas y fue identificado como tal por nuestro equipo días atrás, por lo que descartamos rotundamente haber sido los responsables de tal publicación o los autores intelectuales del mismo.

Entendemos que la divulgación de esa noticia falsa pudo haber molestado al señor Castro, encontrando fácil atribuirnos la autoría de hechos, sin ningún fundamento o prueba, sin embargo, rechazamos en su totalidad tales acusaciones.   Yamileth Angulo Rosales.  Director.”

La conducta criminal de la acusada y su papel de sicaria moral, queda clara al no referirse a las especies idóneas para afectar mi reputación, contenidas en la publicación referida. Su silencio demuestra su dolo difamatorio y su compromiso subterráneo con sus tenebrosos amos. 

Hecho tercero. Con la clara intención de lesionar el honor del querellante, la encartada Yamileth Angulo, como directora de “elmundoi.cr” publicó dolosamente y permitió la divulgación de este artículo difamatorio que principia así: “Ahondando en el tema de psicología criminal en forma sencilla y aplicada en la política contemporánea de América Central, donde por la corrupción heredada de los partidos tradicionales y el poco interés que mostraba la población en temas electorales, dio paso a una política de enriquecimiento a una élite específica que se ha mantenido en el poder con cambios esporádicos entre diversos partidos predominantes, en las últimas décadas la conciencia de voto aunado a los problemas sociales, las mafias enquistadas en el poder político, empresarial y laboral han hecho surgir lideres igualmente demagogos que han sabido orientar las necesidades, descontento y hablar libremente en nombre de la falsa representación del sector abandonado. Estos nuevos Mesías como Juan Diego Castro, son la representación más radical de los viejos conceptos comunistas de una revolución social de igualdad para el pueblo, son tendencias netamente comunistas y disfrazadas actualmente como socialismo, enarbolando conceptos e ideales de héroes nacionales libertadores, su único fin es controlar la población general, los medios de comunicaciones televisivos y radiales, las fábricas, centros de estudios, destrucción de la producción agrícola y las pequeñas y medianas empresas, para luego dar migajas a las necesidades colapsadas, siempre que se dobleguen a sus ideales y caprichos propios de personas con poder pero con resentimiento social variados.”  (los textos resaltados son del original).

La atribución falsa y difamatoria de las imputaciones mendaces arriba transcritas, sin el menor sustento periodístico, utilizando un nombre falso   y contrarias al pensamiento y los ideales del querellante, fueron divulgadas por la querellada en el bagre mediático que dirige, con el preciso afán de destruir el honor ciudadano, desbaratar el prestigio profesional y romper la reputación como candidato presidencial, al suscrito querellante, dos semanas antes del 4 de febrero del 2018, día de las elecciones nacionales.

Hecho cuarto.  La directora de “elmundo.cr”, aquí acusada penalmente, gozó del texto difamatorio del siguiente párrafo, lo aprobó, lo publicó y autorizó su divulgación criminal: “Enfocado en la República de Costa Rica en la América Central, veo con estupefacción como Juan Diego Castro un personaje (abogado) nacido políticamente de la nada, salvo algunos cargos en gobiernos democráticos por amistad, quiere aglutinar y ha logrado captar seguidores con un falso concepto de moralidad.”

Descaradamente Yamileth Angulo disfruta del escarnio en contra del suscrito ofendido, utilizando falsamente el nombre de don Miguel Mendoza, para hacer que se denigre al querellante -sin que él estuviera de acuerdo-  y ella, que ha escrito decenas de miles de artículos, permite la publicación y divulga estas falsas afirmaciones en perjuicio del firmante, expresiones ofensivas al honor y totalmente falsas.

Hecho quinto.  El indicado texto publicado por “elmundo.cr”, con el aplauso y la autorización de su directora aquí querellada, señala falsamente que el querellante es “Un hombre que fue expulsado de La Salle por su conducta indebida con un compañero de estudio.”  Imputación profundamente mendaz y malintencionada, de indudable contenido morboso, que afectó gravemente el honor del querellante.

Hecho sexto.  En esta publicación permitida por Yamileth Angulo y divulgada con su consentimiento en el pasquín sicario moral “elmundo.cr”, agrega otra gravísima especie idónea para afectar la reputación del acusador privado,  al sostener que el suscrito es “Un hombre que dice luchar contra la corrupción, pero ocultó las negociaciones ilícitas de su suegro.” Una vez más la directora Angulo miente y permite que la mentira sea divulgada. Hecho igualmente falso que todos los anteriores, pero con un indicio del origen de esta falsa imputación; la publicación también autorizada por la mentada directora, aquí acusada, que sigue en la página web del tantas veces citado pasquín delictivo, donde Antonio Álvarez se desboca y se atreve a mentir,  en el siguiente link: https://www.elmundo.cr/costa-rica/alvarez-desanti-asegura-castro-ayudo-suegro-huir-del-pais-no-juzgado/

Hecho sétimo. El ataque al honor del suscrito, consumado por la querellada Angulo Rosales en el medio que dirige “elmundo.cr”, fue un escopetazo difamatorio que dispersó en internet sus desprestigiantes perdigones que destrozaron la reputación personal  y profesional, así como la imagen política del querellante. La directora acusada, convertida en gatillera moral de sus oscuro amos, toleró la publicación y permitió que fueran también divulgadas las siguientes falsedades: “Un hombre cuyas ideas revolucionarias son de Corte Cubano y seguirá poco a poco la línea que utilizó la dictadura de Manuel Antonio Noriega en Panamá y la forma que utiliza en dictador Nicolás Maduro en Venezuela, al gobernar Mandando por Decreto, quien a logrado que uno de los países con más potencial intelectual, tecnología, de los primeros en asuntos petroleros, con universidades de primera, con una producción agrícola y ganadera de las mejores y lo llevó a la destrucción total para poder dominar y doblegar a la población por necesidades inminentes.” Aseveraciones absolutamente falsas y destructoras del honor del suscrito. (negritas del original).

Hecho octavo.  Con el más burdo afán difamatorio, dolosamente y con placer anti periodístico enfermizo, la directora Angulo aquí endilgada, autorizó y publicó el siguiente y penúltimo párrafo del libelo criminal divulgado por el panfleto “elmundo.cr”, donde sostiene falsamente y con el mismo fin destrozar el honor del querellante: “Un hombre que basándose en la necesidad del pueblo quiere mandar por decreto para anular reglamentos y disposiciones, buscando en un futuro muy corto si llegase a ganar, la modificación de la constitución y la reelección indefinida.”   Falso, falso, falso.

Hecho noveno. Cual tiro de gracia al honor del querellante, la gatillera moral Angulo Rosales, permitió la publicación y divulgó en el delictivo periodicucho “elmundo.cr”, el último párrafo del difamatorio artículo con nombre falso y suplantado: “Un hombre que durante el cargo como Ministro de Seguridad, borró sus antecedentes delictivos pero que pronto saldrán a la luz pública.” Villanía de villanías. Canallada de canalladas. La acusada Angulo Rosales no tiene límites a su afán difamatorio, a su perversa destructividad anti periodística y a su cruel sicariato moral.

Hecho décimo.  Los delitos querellados fueron ejecutados y consumados en la sede del periódico digital “elmundo.cr”, en sus oficinas -en el momento de los hechos- en San Pedro de Montes de Oca, Barrio Los Yoses, avenida doce, calles treinta y nueve y treinta y siete, cien metros al sur y cincuenta metros al oeste de la Embajada de Chile. Yamileth Angulo Rosales consumó dolosamente las difamaciones acusadas, los días domingo veintiuno, el lunes veintidós, el martes veintitrés y el miércoles veinticuatro, todos de enero del dos mil dieciocho, a dos semanas del día de las elecciones nacionales en las que el suscrito participó como candidato a la presidencia. Las conductas querelladas causaron un grave daño al honor y una profunda afectación moral al suscrito querellante.

Fundamentación de la querella

Los hechos expuestos configuran los delitos de difamación imputables a la querellada, se encuentran tipificados en el artículo 146 del Código Penal, que dispone: “Será reprimido con veinte a sesenta días multa el que deshonrare a otro o propalare especies idóneas para afectar su reputación.”

La querellada estaba consciente del contenido ofensivo de la publicación referida en los hechos, así como también conocía la capacidad de ésta de dañar el honor y la reputación del querellante. Ese conocimiento en el actuar y omitir, hace que la conducta ejecutada sea claramente dolosa.

Las conductas desplegadas por la querellada son típicas, antijurídicas y culpables, y consecuentemente punibles. 

No existe ninguna causa de justificación que ampare las acciones y omisiones de la encartada Yamileth María Angulo Rosales, a quien no les asiste ningún derecho para vilipendiar y destruir el prestigio del querellante.

La injusta conducta de Yamileth María Angulo Rosales. La revolución que propició Internet trajo consigo también muchos males y uno de ellos es la falta de filtros. Así nació un periódico digital llamado “elmundo.cr”, dirigido por Yamileth María Angulo Rosales, que pisotea todas las reglas éticas y morales que han de sostener a un medio de comunicación serio que se ha propuesto informar al lector.

El 21 al 24 de enero de 2018, en medio de una campaña electoral marcada por las influencias indebidas e interesadas de gran parte de los medios de comunicación del país, “elmundo.cr”, a cargo de Yamileth María Angulo Rosales, publicó un perfil titulado: “Juan Diego Castro: la falsedad del nuevo mesías”, en el que mintió de principio a fin.

Mintió desde el nombre del autor, quien supuestamente había elaborado el artículo, no obstante, don Miguel Mendoza nunca escribió esa sarta de barbaridades e incongruencias en perjuicio del por suscrito.

El propio Mendoza negó de forma rotunda, ante notario y mediante un video, haber escrito el texto canalla en el que se tildaba al entonces candidato presidencial de ser autoritario y de asumir posturas inadmisibles, solo porque “elmundo.cr” y Yamileth María Angulo Rosales, su directora, servían a espurios intereses y estaban vendidos al mejor postor.

Una vergüenza absoluta que un medio de comunicación, si realmente puede llamarse así, haya caído tan bajo y haya engañado de esa forma a sus lectores solo por unas cuantas monedas.

Para darle ribetes de credibilidad se adjuntaba el único dato verdadero del extenso oprobio que se escribió contra el querellante,  el  hecho de que don Miguel Mendoza fuera psicólogo graduado en una Universidad de Nicaragua.

Todo lo demás fue una retahíla de viles mentiras y falsos hechos, terriblemente deshonrosos y difamatorios.

Mentira tras mentira, difamación tras difamación. Ya desde el titular hay que advertir la primera de las mentiras, cuando se califica al suscrito Juan Diego Castro como el falso nuevo mesías. Vilmente desprestigiante. Durante la campaña electoral, el candidato nunca se presentó como un mesías, por el contrario, siempre fue frontal en su discurso y puntual en la forma en que debían de resolverse los problemas más agudos del país, como la creciente corrupción, el problema fiscal, la inseguridad y la improductividad en la Asamblea Legislativa.

De manera que tachar a Juan Diego Castro de un “falso mesías” para emparentarlo con alguna corriente religiosa al uso, no era más que una vil y delictiva maniobra, lo que de paso evidenciaba la estrechez de miras de la directora Yamileth María Angulo Rosales y de “elmundo.cr”, que si quería presentarse como una alternativa a la prensa más comercial, con dicho proceder solo confirmaba que era un medio hecho a medida y semejanza de quienes dejaran caer unos cuantos millones, porque de todas maneras la ética, para ellos, era corruptible y manipulable.

El artículo tildaba al querellante  de “demagogo” porque se aprovechaba de los “problemas sociales” para sacar partida a su favor. Con una introducción al tema, que pretendía pasar por verosímil,   la directora de “elmundo.cr”, Yamileth María Angulo Rosales, pretendía dotar de credibilidad a la información que le presentaban a los lectores, para luego incurrir en una serie de difamaciones de tal magnitud, que solo eran posibles si detrás estaba una prensa canalla,  mercenaria y criminal, carente del más mínimo profesionalismo y hecha por serviles vendidos al mejor postor.

Estos nuevos Mesías como Juan Diego Castro, son la representación más radical de los viejos conceptos comunistas de una revolución social de igualdad para el pueblo, son tendencias netamente comunistas y disfrazadas actualmente como socialismo”, aseguraba el “elmundo.cr”, lo cual fue avalado por la directora Yamileth María Angulo Rosales.

Se recurre a la descalificación por medio del término “comunismo”, como si en el 2018 el mundo todavía viviera en la era de la guerra fría que dividió al planeta entre comunistas y capitalistas, entre el bloque Occidental y el bloque del Este. Ya para entonces, a la altura de estas líneas, un lector entrenado podía sospechar que todo lo que se le estaba diciendo era una GRAN MENTIRA, así, con mayúscula, aunque no todos los que leen lo hacen con el cuidado que demandan los tiempos actuales, en los que las falsas noticias pululan por doquier.

Yamileth María Angulo Rosales y El “elmundo.cr”, aunque se denomine periódico digital no es más que un pasquín entreguista y vergonzoso, tienen que admitir que ni siquiera saben mentir bien, pese a lo cual no disminuye el daño producido al firmante, dado que se produjo en el contexto de la campaña electoral y a tan solo 11 días de los comicios del 2 de febrero de 2018.

Afirmar  que el acusador privado como candidato presidencial pretendía “controlar la población en general, los medios de comunicaciones televisivos y radiales, las fábricas, centros de estudios, destrucción de la producción agrícola y las pequeñas y medianas empresas (sic)” no solo era descabellado, sino un solemne descaro, con la intención directa de destrozar la reputación del querellante. Al margen de que el medio con su pobre e incongruente redacción ya revelaba el dolo difamador de su directora Yamileth María Angulo Rosales. 

Tras enfocarse en temas generales, la canallada de Yamileth María Angulo Rosales y “elmundo.cr” pasaba a un ataque personal contra el suscrito, basado, de nuevo, en mentiras, todas difamatorias por no tener el más mínimo asidero en la realidad.

¿Cómo un medio puede difamar con tal descaro y con tal magnitud? ¿Cómo se puede prestar un “periódico” para desinformar de esa forma a sus lectores? Solo hay una explicación a estas interrogantes: el sicariato moral  a una clase política que vive de la manipulación, el engaño, la corrupción y el control de las masas, para perpetuar así una realidad que les conviene y les beneficia desde cualquier punto de vista que se analice.

De forma tal que decir en aquel momento –a las puertas de las elecciones presidenciales—que Juan Diego Castro respondía a “un falso concepto de moralidad”, era una manera de descalificación burda y sin sentido, propia de un “periódico” que sobrevivía gracias a las migajas que le lanzaba la cúpula política a la que sirve.

Al no tener argumentos sólidos para desacreditar al suscrito, como persona, como profesional y como candidato presidencial, Yamileth Yamileth María Angulo Rosales y “elmundo.cr” acudían, también, a un ataque personal mediante afirmaciones indemostrables, pero que en ese momento hacían mucho daño.

Al repasar, una a una, esas mentiras se aprecia la forma delictiva en que torcieron la realidad para intentar perpetuar sus canalladas, destruir el honor del querellante y causarle una grave afectación moral.

No satisfecha con haber hecho una serie de afirmaciones infundadas, Yamileth María Angulo Rosales y “elmundo.cr” sostienen con una irresponsabilidad inverosímil una aseveración temeraria y salida por completo de la realidad.

“Un hombre que fue expulsado de La Salle por conducta indebida con un compañero de estudio”:  Canallada sin límites. Mentira. Jamás, jamás, jamás Juan Diego Castro fue expulsado de La Salle. De nuevo, ¿cómo un medio de comunicación, que se presenta al público como tal, se atreve a lanzar semejante mentira? 

Las difamaciones elevadas tan exponencialmente como en este punto en particular, permiten deducir que la prensa costarricense ha alcanzado cuotas inimaginables en cuanto a la falta de ética y profesionalismo.

De igual manera, el artículo, estructurado para hacer daño, desinformar y golpear con falsos datos, acusa a Juan Diego Castro de que es “un hombre que dice luchar contra la corrupción, pero ocultó las negociaciones ilícitas de su suegro”.  Falso.

Yamileth María Angulo Rosales y “elmundo.cr” le endosan al entonces candidato presidencial una situación de nuevo falsa y pone sobre sus hombros una historia que no solo no es como la cuenta, sino en la que él no tiene ninguna conexión con los hechos.

Se buscaba con ello atacar la fuerte y clara lucha que Juan Diego Castro ha tenido a lo largo de su vida contra la corrupción, tanto en los poderes del Estado como en el ámbito político. A falta de elementos para mancillar su imagen, la invención de situaciones es otro de los pobres y antiéticos recursos empleados por Yamileth María Angulo Rosales y el “mundo.cr”.

Los perdigones de la escopeta sicaria moral. Como en realidad no encontraron portillos para atacar al suscrito querellante, “elmundo.cr”  y su directora la aquí querellada recurrieron de nuevo a un viejo esquema que se emparenta con las confrontaciones típicas de la Guerra Fría, solo que 30 años después de la caída del muro de Berlín, lo que dio al traste con todo el bloque soviético.

“Un hombre cuyas ideas revolucionarias son de corte cubano y seguirá poco a poco la línea que utilizó la dictadura de Manuel Antonio Noriega en Panamá y la forma que utiliza el dictador Nicolás Maduro en Venezuela, al gobernar mandando por Decreto…”.

Su argumentación difamatoria es tan malévola y tan a vuela pluma que procura resucitar al fallecido general Antonio Noriega, al tiempo que emparenta la candidatura honrada, limpia y valiente de Juan Diego Castro con ese oscuro personaje de la política panameña. ¿A quién pretendían engañar la directora Yamileth María Rosales Angulo y el susodicho medio?

Aquí, en este punto, queda claro que ese muro de aseveraciones infundadas se les empieza a desmoronar, porque a esa altura del artículo, es probable que los lectores más avezados se percataran de que todo lo que les venían contando era más que falso: era una postura ideológica para hacer daño, para dejar caer sobre un candidato con proyección, una losa que solo son capaces de dejar caer aquellos que tienen miedo, miedo a su propia mediocridad y a que al poder llegase un hombre con ideas claras, con principios morales sólidos y con el afán de hacer que las cosas caminen en un Estado anquilosado en la burocracia y el sinsentido.

Decir, también, de un candidato como Juan Diego Castro, cuya base en la vida ha estado apegada a los principios éticos y legales que “basándose en la necesidad del pueblo quiere mandar por decreto para anular reglamentos y disposiciones, buscando en un futuro muy corto si llegase a ganar, la modificación de la constitución y la reelección indefinida”, es poner el tema ya en un ámbito totalmente desproporcionado y salido de cualquier, por mínimo que sea, seriedad posible.

Como puede apreciarse, “elmundo.cr” es, con creces, un remedo de periódico charlatán sin el menor asomo de seriedad y, por ende, carente por completo de credibilidad. Es, en definitiva, una expresión de lo que es su directora Yamileth María Angulo Rosales.

Afirmar, además, que Castro “borró sus antecedentes delictivos pero que pronto saldrán a la luz pública” es  absolutamente falso y, sobre todo, con un elevado afán difamatorio dirigido criminalmente a dañar la reputación del querellante.

Aceptación de culpa de la directora querellada. El 24 de enero de 2018, tres días después de publicado el ominoso artículo contra el querellante, que llevaba falsamente como firma la del doctor Miguel Mendoza, la directora imputada de “elmundo.cr” Yamileth María Angulo Rosales expresa que han recibido una comunicación en la que el supuesto autor desmiente por completo cualquier relación con lo publicado.

Por tanto, ella corrió a borrarlo de la página web oficial de “elmundo.cr”, sin embargo, ya era tarde para tal acción, pues había sido certificada notarialmente a las quince horas treinta minutos del veintidós de enero de dos mil dieciocho.

Para asombro de propios y extraños, esta es la justificación que dio la directora Yamileth María Angulo Rosales: El día 21 de enero del 2018 ingresó al correo de la redacción de El Mundo CR un email con un artículo de opinión suscrito por una persona que afirmaba ser el Dr. Miguel Mendoza, Psicólogo de la Universidad de Nicaragua.

Luego de que el artículo fuera publicado en la sección de Opinión del diario, el Dr. Mendoza ha publicado un vídeo en el que afirma no ser él el autor, por lo que de inmediato hemos procedido a su eliminación.

Tal afirmación deja muy mal parado a “elmundo.cr” y a su directora Yamileth María Angulo Rosales, porque cómo es posible publicar un artículo falso y ofensivo contra el firmante, sin que mediaran controles, confirmaciones y una rigurosidad mínima para asegurar la autoría real del autor.

Lo anterior suena, más bien, a una torpe justificación que nadie, ni la propia directora Yamileth María Angulo Rosales son capaces de creerse ni siquiera por un instante, pero que refleja su aceptación de responsabilidad penal, civil y periodística.

Un elemento crucial y que sustenta al periodismo serio, ético y responsable es confirmar hasta el más mínimo detalle de lo que se va a publicar, porque de lo contrario en vez de una noticia, un artículo o un reportaje, lo que un medio publica sin confirmar es chismografía barata y destructora, y máxime en este caso en el que había intereses políticos y partidistas de por medio.

¿Qué directora seria habría procedido a publicar tal artículo sin haberlo verificado en toda su extensión? ¿Qué clase de directora y de profesional del periodismo es Yamileth María Angulo Rosales para haber procedido en publicar un artículo de esa magnitud en el caso inverosímil de que un falso autor lo hubiera enviado?

La conocida fórmula de Joseph Goebbels puesta en función, pero de una manera tan ordinaria que ofendería al ministro de Propaganda Nazi. Dado que el Dr. Mendoza afirma haber sido víctima de suplantación de identidad hemos, como un acto de buena fe, denunciado al remitente del artículo de opinión por suplantación de identidad mediante la opción dispuesta para ello por nuestro proveedor de correo electrónico y ponemos a disposición del señor Mendoza los metadatos del correo en cuestión para que, si lo tiene a bien, pueda proceder a plantear la denuncia correspondiente ante las autoridades para dar con el responsable.

El Diario Digital El Mundo CR emite una sentida disculpa al Dr. Miguel Mendoza y aceptamos como nuestro el error por la publicación de ese artículo. “Los controles relacionados con publicación de artículos de opinión serán reforzados a partir de este incidente”.

Con el fin de justificar una publicación delictiva, carente por completo de ética, de profesionalismo, de rigurosidad, de respeto y de seriedad, la imputada, directora de “elmundo.cr” Yamileth María Angulo Rosales da al señor Miguel Mendoza una lamentable disculpa, y desde todo punto de vista insuficiente para enmendar el atropello cometido.

Para Juan Diego Castro, que es el afectado, vilipendiado, injuriado, y calumniado, ni una palabra para pedir disculpas por el bodrio informativo, por las dolosas difamaciones efectuadas en su perjuicio.

Solo en un país como Costa Rica, con una democracia que sufre una prolongada decadencia, puede ocurrir semejante situación en un periódico digital que aspira a que lo tomen por serio, pero tanto Yamileth María Angulo Rosales y “elmundo.cr” son justamente lo contrario, mercenarios anti-periodistas.

El proceder de la directora Yamileth María Angulo Rosales y de “elmundo.cr” es bochornoso y hacen que cualquier adjetivo con que se les asocie sea insuficiente para describir, precisar y denunciar la criminalidad con que este medio atacó al candidato presidencial Juan Diego Castro Fernández durante la campaña electoral de 2018.

El ánimo difamatorio es el hilo que recorre de principio a fin el texto y tenía como fin afectar con calumnias y mentiras la imagen del candidato que con mayor fuerza se proyectaba para llegar a la presidencia en 2018.

Un medio como “elmundo.cr” y su directora Yamileth María Angulo Rosales son un punto oscuro para la comunicación y la democracia costarricense, criminales del anti-periodismo. Este texto difamatorio  contra el querellante Juan Diego Castro atropella todos los códigos éticos que rigen al periodismo responsable. Es basura informativa, dañina y malintencionada. Es mentira sin escrúpulos. Es manipulación absoluta. Es periodismo sicario y periodismo supositivo de la peor estirpe. “elmundo.cr” y su directora Yamileth María Angulo Rosales se arrastran en el universo mediático sin ningún pudor y sin ninguna dignidad, y mintieron sin el más mínimo pudor con el objeto de desbaratar el honor que el querellante ha construido basado en un ejercicio del derecho honesto, innovador y valiente.

El nombre de dominio de “elmundocr” pertenece Elcyp S.A., controlado por Rolando Araya y Daniel Cruz Porras, con la concurrencia de Mauricio Gordiano Muñoz Salazar.  En la campaña 2018, la propietaria de ese dominio fue  Yamileth Angulo Rosales (antigua y única directora de ese medio, en los últimos años es asesora del diputado Dragos Donalescu).